Y no me canso cantores
de cantar coplas isleñas
para que canten amores
de mi tierra Tinerfeña.

Salió de ronda la luna
y con su clara silueta
le da luz como ninguna
a las soledades quietas.

Con el frescor de la brisa
siempre estoy mirando el mar
contando olas sin prisas
vi un sol de tarde... apagar.

Brillan las estrellas y flores
en la quietud de los valles
el eco, no lo oyó nadie
tan solo la mar y el cielo...

El hombre siempre en el mar
su corazón en el viento,
en la garganta un cantar
y en el alma un sentimiento.

El sol que alumbra
a las cumbres y los mares
se pierden allá en la penumbra
si no le cantan, cantares!

¿ Dónde irá aquella gaviota ?
que el rumbo perdió al pasar
quizás con una ala rota
buscó una peña en el mar.

El sol se duerme en la mar
y en el monte un brezo sueña
con la guitarra al rasgar
nacen dulces malagueñas
con las notas de un cantar.

©Julia L. M.